Internet de las Cosas o cómo conseguir la eficiencia en casi todo

La consultora Deloitte define el Internet de las Cosas (IoT) como “la agrupación e interconexión de dispositivos y objetos a través de una red donde todos ellos podrían ser visibles e interaccionar”. El 9 de abril se celebra el Día Mundial de esta tecnología, que está viendo cómo su crecimiento se dispara exponencialmente, alcanzando previsiones de 24.000 millones de dispositivos conectados a Internet para 2023. Así, el reto actual del IoT es conseguir la eficiencia en casi todos los ámbitos de nuestro día a día.

Energía

Todo este crecimiento hace que el consumo de energía se dispare y que, ya en 2013, el consumo de energía de todos los dispositivos en red a nivel mundial igualara a la demanda total de energía eléctrica de Alemania

Como consecuencia, nuevos proyectos se han desarrollado con el objetivo de mejorar la eficiencia energética. Un ejemplo: ocho institutos Fraunhofer arrimaron el hombro y crearon el proyecto del faro Fraunhofer ZEPOWEL cuyo objetivo fundamental es desarrollar nodos sensores de alta eficiencia energética. El hardware de estos nodos sensores podrá tener varias aplicaciones, que abarcan desde la recopilación de datos ambientales sobre la calidad del aire hasta registrar el estado operativo de máquinas, motores o bombas para reducir considerablemente su consumo de energía. Estas aplicaciones nos permiten, por tanto, dar el salto a un campo totalmente innovador –  el de las Smart Cities –, consiguiendo así que el Internet de las Cosas se convierta en algo real y palpable para las personas en su día a día.

Edge Computing

Sin embargo, uno de los problemas principales del IoT es que recolecta una ingente cantidad de información, pero no hace nada con ella. Para cambiarlo, aparece el llamado Edge Computing, que permite que los datos producidos por los dispositivos se procesen directamente en tiempo real en vez de enviarlos a centros de datos o nubes de computación situados a grandes distancias. Gracias a esto se reducen los tiempos de análisis y se gana en esa ansiada eficiencia energética, además de conseguir una optimización de costes. Todo ello basado en una mayor escalabilidad, mayor seguridad y soberanía del dato, así como un mayor número de datos tratados con una menor latencia en las respuestas. 

La puerta al Metaverso

Pero no todo es eficiencia, también debemos tener en cuenta el Metaverso y la realidad aumentada y virtual que cada día está más y más presente en nuestras vidas. El Internet of Things tiene mucho que decir en este ámbito industrial, ya que se posiciona como una tecnología clave en su desarrollo. Una de sus principales aplicaciones consiste en recopilar y proporcionar datos del mundo físico para aumentar la precisión de las representaciones en el mundo digital. Igualmente, permite conectar el mundo 3D a una enorme cantidad de dispositivos en la vida real lo que a su vez permite la creación de simulaciones en tiempo real en el Metaverso.

A pesar de sus múltiples aplicaciones, el IoT no tuvo la acogida inicial en las empresas que se esperaba, probablemente por los recelos de los empresarios en materia de seguridad. No obstante, esto parece que ha ido cambiando, y poco a poco vemos cómo es un ámbito que va haciéndose su hueco en la sociedad. Tanto es así que en MIOTI ya contamos con un programa formativo centrado específicamente en la tecnología del IoT, además de uno compartido con Data Science. En ambos contamos con profesorado que trabaja directamente en sus empresas con las últimas tecnologías IoT, lo que permite a nuestros alumnos conocer de primera mano las últimas tendencias tecnológicas del sector y de las que vendrán en el futuro.

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